lunes, 12 de noviembre de 2012

Violencia doméstica patrimonial


Dr. Arturo Teitelbaum - Abogado

En nombre del “amor” se dan muchas veces violaciones al libre ejercicio y goce de los derechos del otro por parte de su pareja, se vive y se soporta, ya sea violencia, física, psíquica, sexual o patrimonial, en este informe nos centraremos en una de las manifestaciones de violencia doméstica, patrimonial.
La violencia patrimonial, recordemos que la Ley 17.514 la menciona como un tipo de violencia, que consiste en toda acción u omisión que por ilegitimidad manifiesta implique daño, pérdida, transformación sustracción, distracción, ocultamiento o retención de bienes, instrumentos de trabajo, documentos, o recursos económicos, destinada a coaccionar la autodeterminación de otra persona.
Es muy común ver en los casos de violencia doméstica, que se de también violencia económica o patrimonial, asumiendo diferentes manifestaciones, estamos hablando por ej. que uno de la pareja no tengan los recursos suficientes para su supervivencia y la de sus hijos menores, porque el otro ( aunque en la mayoría de los casos, se da que la víctima es la mujer) no le brinda lo que por Ley le corresponde, pudiéndolo hacer, es decir dar la ayuda para cubrir la alimentación, estudio, salud y los gastos necesarios mensuales ( luz, teléfono, vivienda etc.) apreciamos como característica que este tipo de violencia doméstica implica violencia psicológica.
Otra de la maneras de ve de violencia doméstica económica, es cuando uno solo de la pareja se hace cargo exclusivamente de los egresos solo se utiliza los ingresos propios de uno, se configura en violencia cuando es por obligación sin el consentimiento de ambos, hemos apreciado casos que el marido o la mujer deja que ella o el , cubra todos los gastos y él o ella, se reserva para sí el dinero que gana.
La violencia económica incide negativamente en la salud, en los casos mayoritariamente la mujer queda sola a cargo de sus hijos sin ayuda económica de ese padre, ella puede dejar de alimentarse adecuadamente, o preocuparse por su salud, para que sus hijos puedan, tener un poco mas con los recursos que sola le permita adquirir.

La apreciamos también, en los abusos donde el agresor puede destruir los bienes propios del otro, o que se apropie Indebidamente de ellos, o de la parte del patrimonio por ej. cuando están casados y con dinero propio de uno , que le corresponde a su pareja, compra bienes que pasan a ser gananciales a favor de la sociedad conyugal, todo lo cual constituye violencia patrimonial.
Otra modalidad de esta estafa, es que con bienes propios de su pareja, el agresor se los hace vender, y ya directamente no compra luego otros bienes, sino que se queda con el dinero en su poder, quien lo gasta en su propio beneficio.
En lucha de éste tipo de violencia, hay respuestas legales pero éstas no se van a dar sino con la ayuda psicológica que la víctima tiene que buscar, lo primero para poder empezar a salir de ésta situación es decir basta, entender que es violencia y que la víctima se de cuenta, por ello la ayuda psicológica es fundamental para acompañar los cambios, la ayuda jurídica tiene que ser con un profesional que pueda comprender el tema y en lo posible se especialice en la misma, la respuesta para dar soluciones legales dependen del caso, la Ley de violencia doméstica da algunas medidas con una finalidad cautelar, que se pueden utilizar, en relación a la violencia económica podemos señalar. la posibilidad de fijar una obligación alimentaria provisional a favor de la víctima, también si hay hijos resolver provisoriamente lo relativo a la pensión alimenticia, esto va acompañado con lo que fija nuestra legislación en relación a los obligados para servir diferentes pensiones alimenticias, según el caso si son menores o mayores o la posibilidad para el caso de la mujer cuando se divorcia de solicitar también una ayuda económica de su ex marido.

Otro tipo de violencia económica es el tema de las deudas, este tipo asume diferentes modalidades, por ej. haciendo que salga de garantía su pareja y el agresor no paga deliberadamente, o en el caso de estar casados y no haber realizado capitulaciones matrimoniales antes del matrimonio, el agresor se va endeudando en perjuicio de la sociedad conyugal, por más que se liquidará cuando se resuelva la misma ya que durante el matrimonio funciona como un régimen de separación, la deuda va a afectar en algún momento a ese cónyuge, en respuesta de esto último se puede solicitar sin divorciarse que se disuelva la sociedad conyugal, y se liquide la misma, así cada uno de la pareja se asegura que las deudas posteriores no lo afecten.
En el caso de la separación el ocultar, documentos, cuentas o bienes es común, hacer “desaparecer” ingresos o que “aparezcan” deudas, las simulaciones son comunes, frente a estos casos hay acciones legales para que la realidad prevalezca, y hacer caer éste tipo de fraudes.
Para culminar, como mencionamos hay que pedir la ayuda necesaria, comprender que cualquiera de las manifestaciones mencionadas, son violencia, y no tiene nunca justificativos legales para soportarse, muchas veces es difícil salir de ésta situación, pero hay que dar batalla, no desanimarse y luchar, que en nombre del “amor” se pueda dar la justicia, para que casa uno haga prevalecer sus derechos.

Articulos realizados por victimas


Por: Tamara Ramos Runova

La violencia contra las mujeres es muy antigua, pero sólo recientemente hemos aprendido a descubrirla y a llamarla por su nombre. Cada día más mujeres rompemos el silencio, denunciando la violencia y luchando por que los agresores sean castigados. Cada día tenemos mayor conciencia de que TENEMOS DERECHO y PODEMOS vivir sin violencia. En esta sección compartimos las experiencias y las herramientas de aquellas mujeres que han logrado grandes avances en su lucha contra la violencia de género.

Mi nombre es Angelina, vivo en una comunidad cerca de Estelí. Yo vivía con mi marido y mis hijos. Él me golpeaba y me daba mala vida, un día me fui a Costa Rica huyendo y a buscar trabajar para mantener mis hijos. Cuando regresé cuatro meses después, mi marido me tenía una demanda de divorcio unilateral y estaba peleando para conseguir la tutela de los chavalos y la casa. Me acusaba de haber abandonado el hogar.

Sentí mucho miedo y tristeza, me sentía desamparada. Me fui a la Comisaría de la Mujer para saber cómo protegerme, allí me recomendaron y me fui a Acción Ya, donde me dieron apoyo emocional, esto me fue muy útil para sentirme con más fuerza. Para no perder mi casa me fui a la Sección de la Mujer de la UNAG, hicimos una pelea legal y logré que no me quitaran a mis hijos ni mi casa.

Mi nombre es Luisa, tengo 30 años. Hace tiempo conocí a un hombre, nos enamoramos y nos casamos, al poco tiempo comenzaron los problemas y el matrimonio era insoportable porque él creía que yo lo engañaba y yo creía lo mismo de él. Al poco tiempo salí embarazada de él, pero él dijo que no iba a cuidar hijos ajenos y me pidió el divorcio.

Acepté darle el divorcio porque ya no lo aguantaba más, pero los problemas fueron después que mi hijo nació. En ese entonces yo no trabajaba y necesitaba para todas las cosas de mi niño, pero él se negó diciendo que no era hijo de él.

Le dije que él iba a pagar los alimentos, por las buenas o las malas y me respondió que por las malas y que yo no iba a conseguir nada de él. No dudé en ir a los juzgados, me costó mucho tiempo y disgustos pero gané el caso. Ahora mi ex esposo está pasando reales para su hijo, de mala gana, pero sí lo está haciendo.

Me llamo Andrea, tengo 25 años. Cuando tenía 16 me enamoré de un hombre y me junté con él sin pensar bien cómo era él, ahora sé que una debe mirar muy bien con quién está jalando y no irse de cabeza por una palabrita dulce.

Y me fue mal ¡pero qué mal! Él me celaba por cualquier cosa, no me dejaba salir ni estudiar. Como yo no quería salir embarazada y planificaba, él me presionaba para que le pariera un chavalo, pero yo no quise, esta vez fui inteligente, me puse firme.

Él se enfureció, me pegó y decidí dejarlo; la casa donde vivíamos me la prestó mi tía y él no era nada ahí, yo podía correrlo y lo corrí y recomencé mi vida.

Él dijo que eso no se quedaba así nomás y empezó a llegar a botarme la puerta a patadas. No me tocaba a mí ni con un dedo, pero botaba la puerta. Al comienzo en la Policía me dijeron que eso no era delito sino un asunto de pareja. Fui a hablar a la Casa de la Mujer y allá me aconsejaron que dijera que era daño a la propiedad. Eso hice y funcionó, la Policía por fin me hizo caso. Es porque no me achanté.



Violencia Patrimonial

Cualquier acto u omisión que afecta la situación patrimonial de la víctima. Se manifiesta en la transformación, sustracción, destrucción, limitación, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades, y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima;
Laura siempre quiso trabajar, por ser muy buena para la costura decidió comprar una máquina de coser y empezar su negocio. Manuel, su padre, no permitía que sus hijas trabajaran, por lo que un día decidió deshacerse de la máquina y la vendió, quedándose además con el dinero de la venta.
Esto desilusionó a Laura, aunque después ella consiguió prestado un carrito de tacos y se asocio con su madre para instalar un puesto afuera de su casa. Aprovecharon un viaje de Manuel para iniciar el negocio y poderle demostrar a su regreso que se trataba de una actividad productiva.
Al regresar, Manuel se enfureció porque su esposa e hija habían abierto el negocio, y contrató a unos pandilleros para que durante la madrugada lo rociaran con gasolina y lo incendiaran.